No vino a condenar, sino a salvar

No vino a condenar, sino a salvar

Nicodemo, un fariseo bueno, honesto. El mismo que defendía al Señor frente al Sanedrín. El mismo que llevaría el ungüento para ungir su cuerpo muerto. Pero hoy, nos lo encontramos casi al comienzo del evangelio de Juan. En una conversación con Jesús que es como un...