Día 47 de confinamiento.
A comienzos de este curso, cuando era impensable la situación actual que estamos viviendo, daba comienzo un nuevo trienio de Plan de Pastoral a nivel diocesano.
En todas las parroquias se proponía crear un grupo de trabajo que abordase una serie de planteamientos, de examen de conciencia interno, de fórmulas para avanzar en el camino de cada parroquia, de ver cómo llegar más y mejor a alejados, necesitados, mayores…
Po allá por el mes de octubre estuvimos solicitando voluntarios que quisiesen participan en este proyecto en todas las misas. Y al final un pequeño grupo comenzó a reflexionar, debatir, proponer nuevas miras, encontrar caminos para llegar más y mejor a todas las gentes… Era a finales de noviembre cuando comenzaba su andadura.
Y este fin de semana, en principio, tendremos ya la última reunión para poder compartir las conclusiones definitivas elaboradas a lo largo de estos meses y para que el curso que viene se empiece a poner en práctica
Pero este momento quería aprovecharlo para compartir con vosotros una oración-reflexión surgida en una de las últimas sesiones. A poco ya, si todo va bien, de ir adentrándonos en la normalidad que todos anhelamos que se haga realidad.
Esta oración, dice así, dirigida a todos y cada uno de vosotros, seamos como seamos y estemos donde estemos:
Dios cuenta contigo.
Sólo Dios puede dar la fe, cuando tú puedes dar tu testimonio.
Sólo Dios puede dar la esperanza, pero tú puedes dar confianza a tus hermanos.
Sólo Dios puede dar el amor, pero tú puedes enseñar a otros a amar.
Sólo Dios puede dar la paz, pero tú puedes sembrar la unión.
Sólo Dios puede dar la fuerza, pero tú puedes sostener al que cae.
Sólo Dios es el camino, pero tú lo puedes indicar a otros.
Sólo Dios es la luz, pero tú la puedes hacer brillar a los ojos de todos.
Sólo Dios es la vida, pero tú puedes despertar en los otros deseo de vivir.
Sólo Dios puede realizar lo que parece imposible, pero tú lo podrías hacer posible.
Sólo Dios podría bastarse a sí mismo, pero Él prefiere contar contigo.
¡No lo olvides! El futuro será el que nosotros queramos que sea.