Día 30 de confinamiento. Lunes de Pascua.

Dicen que, a lo largo de todos estos días, la delincuencia ha bajado muchísimo, al tiempo que han aumentado los servicios asistenciales, humanitarios y las donaciones. Es el testimonio de la Policía Nacional que, atiende en las calles y en las carreteras para que cumplamos bien las normas de este dichoso confinamiento. Y así, entre todos, logremos vencer esta situación. Pero también, esta policía no para de ayudar, aconsejar, hacer favores… Y claro, día tras día se nutren de anécdotas increíbles y descubren que la gente es maravillosa con cosas sencillas como la de un hombre mayor. Tiene 90 años y les pidió que, por favor, se acercasen a su casa porque quería darles guantes y gel que él tenía. Cuando la policía se acercó, les entregó lo que tenía. Medio bote de gel desinfectante y dos pares de guantes. Los policías, al recibirlo, se emocionaron porque al hombre, aquello no le sobraba, pero quería demostrarles a los policías la admiración que tenía por ellos.

Sí, nuestra policía acostumbrada a tratar situaciones de atracos, de pillajes, de malos tratos, de perseguir delincuentes… Fíjate estos días. Han asumido el papel de psicólogos, de agentes asistenciales, de personas que hasta tienen que llevar a veces la bolsa de la compra de una mujer que el peso puede con ella. Sí, es otro de esos grupos que, durante este tiempo está ahí fuera para que nosotros podamos llevar mejor nuestra situación. Supongo que podemos decir que el uniforme que visten es, hoy por hoy, un servicio esencial para nosotros. Y creo que ellos lo saben, y lo llevan con el orgullo del día en que se lo pusieron por primera vez para servir.

Nuestro reconocimiento y agradecimiento a la policía y a todos los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.