Y aprovechando estos días… Me acuerdo de que hace unos días me tocó vivir una situación de esas en las que no sabes que es lo correcto, y que al final tienen su sentido, ¡qué curioso!
Todos notábamos que llegaba la Navidad y por algún motivo que desconozco , tuve la necesidad de expresar mis sentimientos sobre esta. En un primer momento dudé de si era lo correcto, porque temía que ocurriera este hecho, pero aún así me lancé. El tema era que llevaba tiempo observando a un compañero. Todo partía de ideas, críticas, en fin, frases que me hicieron pensar, en torno a las creencias , temas tan diferentes y a la vez tan unidos que oía y … ¿Me iba a quedar sin hacer nada? ¿Cómo debía reaccionar? No encontraba la respuesta y casi al borde de la angustia, intenté reflexionar y dejarme guiar. Decidí fiarme de Dios, y fue él mismo, el que puso a una compañera en mi camino, la misma que intervino en la larga conversación (la cual os aseguro que no fue en vano). Tal vez no logramos que ese compañero viera a través de nuestros ojos, pero pude transmitirselo y ayudarle, ya que le hizo razonar. Puede ser que no lo quisiera ver, pues había dejado de prestar atención a lo verdaderamente importante y me pidió seguir hablando del tema. Le tuve que dar las gracias porque me hizo darme cuenta de que si no te importa algo de verdad, no te preocupas así.

Ojalá que en tu acercamiento a Dios, permitas que sea la clave que cambie el rumbo de tu vida, aunque todos te digan que no podrás, que eso no es para ti o que no es lo correcto.