Para esta reflexión, se me ha ocurrido hablar de otro de esos temas, que siempre sacan cuando dices que eres cristiano, de hecho, son infinitas las películas al respecto, teorías, conspiraciones, etc. También la de guerras que se han podido llegar a librar por esto, pero bueno, ya sabéis que los humanos a veces somos, pues un poco tontos, pero no “tontos” como Jesús quiere que seamos, sino egoístas, y nos encanta ver siempre enemigos donde solo hay amigos.

A igual que en la cuestión de la semana pasada, el otro día escuche al respecto una frase que me encantó, decía algo así como que si el ser humano, fuese a emprender el vuelo del entendimiento de la verdad absoluta, necesitaría alas, el problema es que, con un ala, no vamos a ninguna parte, o al menos no volamos, necesitamos dos alas, una de ellas es la ciencia y la otra es la religión.

Y es que, la verdad, estamos acostumbrados a ver ciencia y religión como algo incompatible, de echo así lo han creído muchos años científicos y religiosos, de echo incluso hoy en día, hay quien dice por ahí cosas así.

En mi caso particular, como habéis podido imaginar soy estudiante, en concreto de una carrera de ciencias, y curiosamente, también pertenezco a esta parroquia, y claro, como suelo estar bastante por esta, no se cuantas veces, se me ha preguntado, acerca de que, si tanto me gusta la religión y todo esto, porque no meterme al seminario o estudiar otra carrera que tenga que ver al respecto. Pues en realidad es muy fácil, seguramente lo que voy a decir pueda considerarse herejía, pero a mi es precisamente la ciencia lo que más me ha podido acercar a Dios, por muy paradójico que suene, en mi opinión la ciencia y la religión responden a dos preguntas muy diferentes, las dos vitales para la existencia del ser humano, si hablamos de ciencia, lógicamente estamos hablando de un cómo, es decir, una serie de procesos por los cuales las cosas suceden; sin embargo, si hablásemos de religión estaríamos mas bien de un quién o de un por qué.

De esta manera, no necesitamos ver a la ciencia como enemiga de la religión, sino más bien como dos ramas que se complementan. De echo a mi me encanta ver la ciencia como la herramienta de Dios, para hacerlo todo, y así poder entender y amar la creación que Dios nos ha dado, la cual es fruto de su amor, por supuesto esto no significa jugar a ser Dios ni mucho menos, como se ha acusado en tantas ocasiones, solo aprender otro aspecto diferente de Dios.

Es realmente es maravilloso pensar que detrás de todas esas cifras del universo, constantes todas precisas, procesos tan determinados, sin los cuales nada de esta vida sería posible, esta la mano de Dios, y por supuesto una vez más su amor por nosotros. Así que, ojalá sepamos apreciar, este regalo que nos ha hecho, sepamos entender que tenemos muchos amigos donde a veces parece que hay enemigos y sobre todo, sepamos abrirnos al mundo, como Jesús haría.