Día 65 de confinamiento.
Y dicen que, en todo este tiempo que llevamos de estado de alarma, la gente ha tenido tiempo de sacar lo mejor de cada uno que lleva dentro, pero otros defienden más lo de sacar lo malo que uno lleva dentro. Cada uno es como es, y no va a dejar de serlo por las circunstancias de la vida que le obliguen a ello. Otra cosa es actuar de modo diferente, o conforme a unas circunstancias. Pero la duda sigue ahí: ¿Te deja sacar más lo bueno o lo malo en este tiempo?
Las personas, hacemos a veces cosas buenas, y otras cosas no tan buenas. Pero eso no nos hace ni más buenos ni más malos. Entonces, ¿simplemente unos son buenos y otros son malos? No. Todos, absolutamente todos, sin excepción, hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Por eso, todos, absolutamente todos, tenemos grabada la huella de Dios en nuestro interior. No se cómo ni de qué manera, pero el amor de Dios late en nuestro corazón, en el corazón de cada uno.
Pero, misterio insondable de Dios. Él nos ha hecho también libres. Esa libertad no consiste en poder salir de casa a cualquier hora o no, en obligarnos a estar confinados o no… No, no va por ahí. Eso pertenece a la sociedad de la que formamos parte, y donde cada uno tenemos nuestro papel que cumplir y nuestra responsabilidad, para que entre todos salgamos adelante. La libertad que Dios nos otorga es para que, si queremos, podamos participar de su plan de salvación o no. Y su plan de salvación pasa por el signo de la cruz. Pero no como una realidad de sufrimiento y muerte, sino de entrega y de amor. Podemos dejarnos llevar por el egoísmo, por la envidia, por la vanidad o incluso, simplemente, por el miedo, y dejamos salir de nuestro corazón cosas no muy buenas. O podemos dejarnos llevar por la entrega y el amor de quien se siente enamorado de la cruz del señor, y quizás, no solo estaremos dejando salir de nuestro corazón todo lo bueno que participa de esa huella de Dios en nosotros, sino que, al final, lograremos un mundo mejor. Y lo lograremos entre todos, y desde nuestra libertad.