Día 66 de confinamiento.

¿Sabéis? La esperanza no la vamos a perder. Todo lo contrario. Dicen que la esperanza es difícil de mantener cuando las cosas se ven oscuras y andan mal. Pero es todo lo contrario. Precisamente hay que apoyarse en la esperanza cuando cuesta caminar, y encontrar fuerzas para seguir adelante. Y, si además vamos encontrándonos con noticias esperanzadoras, pues claro que vamos a tener el ánimo de mirar al futuro.

Estamos aún viviendo situaciones duras, crudas, terribles. Y, aún así, creemos en la victoria final.

Hace poco más de un mes, cada día escuchábamos como cerca de mil personas fallecían. Estos últimos días siempre menos de cien. Es verdad que siguen siendo vidas truncadas, historias vivas cortadas de raíz. Y, sin embargo, poco a poco, acercándonos a vencer, incluso a la dichosa muerte.

Hace poco más de un mes, solo palabras y palabras de estudios buscando tratamientos y vacunas que no parecían nunca encontrar un seguro punto de apoyo. Esta mañana nos hemos levantado con la noticia de que una vacuna, por fin, está obteniendo resultados óptimos. Y va a pasar ya de fase. Si no hay contratiempos, a principios del próximo año incluso podría empezar a estar aquí, en nuestro país. Es verdad que aún quedan meses. Y, sin embargo, vemos que nos acercamos a una final real.

Hace poco más de un mes, todas las plantas de nuestro hospital, salvo una, estaban ocupadas por enfermos del coronavirus. Y hubo que triplicar las UCIs. Y hasta se habilitaron varias plantas del Policlínico también para estos enfermos. Hoy ya sólo una planta tiene enfermos de este virus, y no está llena. Es verdad que los enfermos lo están de verdad. Pero el trabajo de nuestros sanitarios y el esfuerzo de todos con su confinamiento está logrando también vencer a la enfermedad.

Nada está acabado. Tenemos que seguir cada uno con nuestro papel. Pero la esperanza es real. Y venceremos.