Estamos en unas fechas que se podrían definir como: tiempo en familia, reencuentros familiares, fiestas en las que conocer a nuevos familiares…

Y es que, si nos ponemos a pensar en la familia lo primero que nos viene a la cabeza es: mamá, papá, hermanos, abuelos, primos… Son esas personas con las que estamos emparentados. Compartimos la misma sangre. Nos podemos parecer, más o menos, físicamente, e incluso, en la mentalidad. Es esa gente que se nos “asigna” cuando nacemos, o que va apareciendo con el paso de los años. Algunos aun están. Otros están llegando. Otros nos cuidan desde muy lejos.

Pero… ¿Qué hay de esas personas que nos encontramos por el camino? Esas personas que, debido a nuestras elecciones y a los senderos que vamos tomando, nos vamos cruzando. Son todas aquellas personas de las que nos rodeamos. Algunas más cercanas. De otras sabemos menos. Otras nos muestran vagamente sus sentimientos.

Esas personas “repartidoras”, que nos dan hasta lo que no tienen para ellos mismos. Esas personas “orientadoras”, dispuestas a ser tu brújula cuando estás perdido. Esas personas “reparadoras”, dispuestas a ser tu muleta cuando no puedes andar. Esas personas “revitalizadoras”, que te cargan las pilas con una sola mirada o una sola palabra. Esas personas “humoristas”, que nos hacen sonreír cuando nuestro ceño no se puede arrugar más.

Son fechas de estar en familia. Son fechas de compartir, de salvar, de reparar, de revitalizar, de reír, de querer… y sí, nuestra familia de sangre es importante, pero también esa familia que elegimos. Esa familia que a veces no valoramos demasiado. Esa familia que a veces no comparte sus sentimientos, por miedo a arruinar la fiesta. Esa familia que, de pronto, desaparece, porque se ha perdido. Esa familia a la que herimos, o a la que no hacemos demasiado caso porque estamos en nuestros líos. Esa familia que necesita consumir un poco de nuestra energía positiva, porque el mundo la ha recargado de cargas negativas. Esa familia que parece estar malhumorada, pero simplemente está triste. Esa familia que, a veces, dejamos marchar por nuestro orgullo, o egoísmo, o porque toca…

Son fechas de estar en familia, pero, sobre todo, de cuidar a nuestra familia.

 

 

 

Derechos de imagen: www.freepik.es.