¡Ya estamos en Octubre! Y este mes, en nuestra parroquia San Julián, ¡lo dedicamos a rezar especialmente por las misiones y por los misioneros!
¡Octubre es el mes de las misiones! Todo el mes está cargado de referencias y referentes de las misiones. No solo comienza con la fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones, el 1 de octubre, sino que además incluye entre otras fiestas misioneras, en su tercer domingo, la gran Jornada Mundial de las Misiones, el DOMUND, que este año tiene por lema: “Id e invitad a todos al banquete”.
Rezamos por todas esas personas que han entregado su vida al Señor viviendo su llamada especial, fuera de sus países de origen, al anuncio del Evangelio y al servicio completo a las comunidades más necesitadas, donde la gente todavía no ha recibido la Buena Noticia de Jesucristo o la han acogido recientemente.
Pero también rezamos para que el Espíritu Santo nos haga a todos tomar conciencia activa por las misiones, es decir, recordar que ¡todos estamos llamados a ser misioneros!, con nuestro testimonio de vida cristiana, en todos los ambientes en que nos movemos. ¡Es la esencia y fundamento de la Iglesia, nuestra gran familia, de la que todos formamos parte! Es asumir el mandato que Jesús mismo, resucitado, nos confió: “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos»” (Mt 28, 19-20). Con esa alegre confianza, claro: ¡Que Jesús está siempre con nosotros!
“La misión es un incansable ir hacia toda la humanidad para invitarla al encuentro y a la comunión con Dios. ¡Incansable! Dios, grande en el amor y rico en misericordia, está siempre en salida al encuentro de todo hombre para llamarlo a la felicidad de su Reino, a pesar de la indiferencia o el rechazo.” (mensaje del Papa Francisco para el Domund 2024).
Acojamos, cada uno de nosotros, esta llamada misionera, porque la misión es una cuestión de amor y la actividad misionera es nuestra respuesta al amor con el que Dios nos ama.
Continuemos también, en este mes, rezando y dando gracias a Dios por nuevas y numerosas vocaciones misioneras dedicadas a la obra de evangelización hasta los confines de la tierra.
¡Ánimo! ¡Dios cuenta contigo! ¡Vive la misión!